Como es costumbre, año con año se lleva a cabo el Carnaval de Los Reyes La Paz, donde todas las cuadrillas que participan, logran llamar la atención de miles de vecinos de la localidad, en ésta ocasión no fue la excepción, pero si hubo algunas diferencias muy marcadas.
El penúltimo día de fiesta carnavalera, cuando las cuadrillas están al cien por ciento mostrando sus habilidades en el baile de ocasión, el orden en el que participan ayuda a que todos a aprecien con mejor detalle sus esfuerzos, pero en ésta ocasión privó el desorden en esta actividad, donde hasta los políticos trataron de sacar agua para su molino, mientras todas las cuadrillas gritaban el nombre de sus reynas, la de Román Rico, gritaba el nombre de él sustituyendo a su propia reyna; está el caso de un personaje llamado Benylú García quien colocó vinilonas en las calles por donde pasarían bailando las cuadrillas, o el caso de Antorcha campesina, quien a toda costa intenta convencer que los predios invadidos en Cuautlalpan Texcoco, son legales porque el gobierno peñista se los otorgó, no importando que sea con recursos públicos y hoy los estén vendiendo para hacer negocio con el pueblo pobre.
Pareciera ser que la festividad, caracterizada por la ausencia de autoridad, en ésta ocasión fue mas que catarsis, era común encontrar en la misma cuadrilla a aquellos que cada proceso electoral se dan hasta con la cubeta, pero eso sí, guardando su respectiva distancia, tal como lo describe en una canción de Serrat :
"el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol..."
En fin, ahora en adelante iniciará el carnaval de la política, donde los finteos, el paso doble, el aguante y los incentivos para motivar la participación, estarán a la orden del día.