viernes, 17 de septiembre de 2010

UN BICENTENARIO DE REQUISITO


Mucho se ha comentado sobre este acontecimiento pues no son quince años, sino doscientos. Doscientos años que han transcurrido y que probablemente no signifiquen mucho para decenas de millones de mexicanos que hoy viven ajenos a un acontecimiento que pudo ser de gran trascendencia. ¿Qué podemos festejar?, seguramente el ser víctimas de una crisis económica de la cual no somos culpables, el que tengamos lo que se conoce como estado fallido que no controla ni el tránsito vehicular de la esquina, el que tengamos una guerra entre mafias que ha cobrado la vida de treinta mil mexicanos, el que tengamos un estado que no garantiza su futuro generando espacios de desarrollo para sus jóvenes a quienes no les brinda la oportunidad de estudiar ni trabajar a pesar de que constituye un derecho constitucional, el que tengamos vergonzantemente más de la mitad de la población en la pobreza y paradójicamente al empresario más rico del mundo, muestra de la mala distribución de la riqueza, el que tengamos los más altos índices de inseguridad del orbe con una creciente incertidumbre, el que hayan sido empresas extranjeras las que ganaron más de mil millones de pesos para preparar los festejos de la independencia precisamente de extranjeros, y por si fuera poco el que continuemos festejando el cumpleaños de don Porfirio en lugar de corregir el Grito para conmemorarlo el 16 de septiembre… ¿Tenemos algo que festejar?

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